LA BURBUJA DE LOS BITCOINS
Reproducimos a continuación un excelente artículo de Xavier Sala i Martín relativo a la burburja de los bitcoins, que creemos será de enorme interés para nuestros lectores.
"La fiebre del Bitcoin se está convirtiendo en una peligrosa burbuja
financiera. Y como ha pasado en todas las burbujas de la historia, los
pocos listillos que invirtieron al principio se van a forrar, y los
muchos que lleguen tarde van a perder ingentes cantidades de dinero.
En este post voy a explicar en qué consiste todo esto del bitcoin.
El bitcoin fue creado en 2009 por un misterioso personaje que se hace
llamar Satoshi Nakamoto. Tras ese pseudónimo japonés se esconde un
programador (o un grupo de programadores) experto en criptografía
electrónica (criptografía es la ciencia de esconder mensajes).
Nakamoto creó una moneda electrónica encriptada que bautizó con el
nombre de bitcoin. A diferencia de otras monedas electrónicas como los
amazon coins, el bitcoin no está producido por ninguna autoridad
central. El bitcoin es producido automáticamente cada vez que algún
ordenador de algún participante consigue solucionar un complejo
problema matemático. Si tu tienes la suerte de que tu ordenador
soluciona el problema, consigues tener un bitcoin. En teoría, con ese
bitcoin puedes comprar productos en internet: desde libros hasta
canciones en itunes, pasando por viajes, hoteles o ropa. Los creadores
esperan que bitcoin sea la moneda con la que se compra todo en
internet.
La gente que no tenga la suerte de tener un ordenador capaz de
solucionar problemas matemáticos y crear bitcoin, puede obtener
monedas a base de vender productos en internet (tu vendes tu libro y a
cambio el comprador te da bitcoins con lo que puedes empezar a
acumular esa moneda) o puede comprar bitcoins con dinero normal: para
ello se ha desarrollado un mercado como cualquier otro en el que uno
puede comprar bitcoins con dólares, euros, yenes o cualquier otra
moneda. El mercado cambiario de bitcoins es parecido al de divisas y,
por lo tanto, los precios cambian constantemente respondiendo a las
fuerzas de la oferta y la demanda. En el momento de escribir este
post, el precio de un bitcoin es de 124 dólares.
A diferencia del resto de monedas del mundo, la oferta de bitcoins no
está controlada por una autoridad central (ya sea algún banco central
o la empresa Amazaon en el caso de los Amazon Coins) sino por la
casualidad. Eso es exactamente lo que pasaba con el oro cuando era
utilizado como dinero: la oferta de oro dependía de que alguien
encontrara una nueva mina o asaltara un barco cargado de oro
procedente de algún otro país. La similitud con el oro no acaba aquí:
los creadores han hecho que la complejidad de los problemas aumente a
medida que se solucionan los anteriores. La dificultad de “excavar”
bitcoins electrónicos es creciente y el objetivo de los creadores es
que llegue un dia que los problemas matemáticos serán tan complejos
que ya no se va a crear ninguna moneda. Como pasa con el oro, a la
larga la oferta de bitcoins va a ser constante por los siglos de los
siglos. De hecho se espera que la oferta de bitcoins siga el camino
del gráfico 1. En 2013 hay unos 11 millones de monedas en circulación.
En los próximos 10 años la oferta se va a doblar y, a partir de ahí,
se va a quedar casi constante para siempre.
Los propagandistas del bitcoin dicen que eso de que la oferta sea
constante a largo plazo es un factor positivo que lo hace atractivo. Y
siempre utilizan el mismo ejemplo: "un dólar de 1900 puede comprar lo
mismo que 0,04 dólares de hoy". Eso quiere decir que si nuestro
bisabuelo hubiera guardado un dólar en un cajón en 1900, ese dólar hoy
solo compraría algo que tuviera un valor de cuatro centavos. Es decir,
en un siglo el dólar ha perdido el 96% de su valor. La razón es que a
lo largo del siglo XX, la autoridad que controla la oferta de dólares
en Estados Unidos (el Banco de la Reserva Federal) ha imprimido
dólares constantemente, cosa que ha causado inflación y, al subir los
precios, el poder adquisitivo de la moneda se ha ido reduciendo.
Los defensores del bitcoin argumentan que, al estar diseñado para su
oferta acabe siendo constante, esa pérdida de valor causada por el
aumento de la masa de dólares (o euros) no se va a producir con el
bitcoin con lo que acabará siendo una moneda superior al dólar (o al
euro). Es por ello que, argumentan, esta moneda es una buena
inversión.
Este argumento tiene dos problemas devastadores. Primero, el papel que
el dinero juega en la economía no es el de inversión sino el de
facilitar el intercambio. No hay ningún bisabuelo que en 1900 guardara
su fortuna en dólares de papel. Los bisabuelos de 1900 utilizaron los
dólares que tenían en su bolsillo para comprar comida, ropa o regalos
para las bisabuelas y los que tenían fortunas compraron tierras,
joyas, acciones en compañías, fondos de inversión o bonos del estado.
La razón es que todos entendían que una cosa es el dinero y otra cosa
es la inversión. El dinero sirve para comprar productos y las
inversiones no (no puedes ir al supermercado y cambiar un pescado por
una acción de Microsoft). Las inversiones sirven para conservar o
aumentar la riqueza y el dinero no. Esta simple lección debería ser
aprendida por los creadores de bitcoins (y, de paso, ¡por los
defensores del patrón oro!).
El segundo problema grave del argumento de que supone que “el bitcoin
no perderá valor como les pasa a todos los monedas de papel porque la
oferta no aumentará”. Eso es falso: el precio de la moneda no solo lo
determina la oferta sino que también depende de la demanda.
Aquí es donde debemos preguntarnos: ¿quien está comprando bitcoins? La
respuesta es que muy poca gente los está comprando para comprar
productos entre otras cosas, porque muy pocas empresas las aceptan
como medio de pago.(*) La gente que está comprando bitcoins, pues, son
los especuladores que esperan que su precio suba para poder venderlo
más adelante. Estas compras especulativas están haciendo que los
precios del bitcom estén alcanzando niveles no razonables. Si miramos
la evolución del precio de un bitcom (gráfico adjunto) vemos valía 10
dólares hace un año vale y 124 dólares hoy. Una moneda que multiplica
por 12,4 su valor en un año tiene todos los números para ser una
burbuja cuyo precio puede colapsar.(**)
De hecho, si el valor del bitcoin colapsara, no sería la primera vez:
su precio pasó de 5 dólares en abril de 2011 a 30 dólares en junio y
vayó hasta los 10 en octubre. Naturalmente, los creadores del bitcoin
(que son los propietarios de la mayoría de monedas que se crearon
inicialmente) se forraron al vender a 30, pero los que compraron a 30
perdieron dos terceras partes de su dinero en cuatro meses.
¿Cómo sabemos que el precio de hoy está determinado por los
especuladores y no por el valor fundamental? Pues por dos razones.
Primera, el precio del bitcoin está perfectamente correlacionado con
el interés mediático que despierta. Si miramos el número de veces que
se ha buscado la palabra “bitcoin” en Google (gràfico adjunto), vemos
que subió exponencialmente a mediados de 2011, luego bajó y ha
resucitado con la subida actual. Es decir: la correlación entre el
número de veces que se busca "bitcoin" en Google y el precio del
bitcoin es casi perfecta. Si se tratara de una moneda normal, esa
correlación sería cero.
Segunda, el valor “fundamental” del bitcoin es, con toda probabilidad,
bastante cercano a cero. Es verdad que a lo largo de la historia ha
habido inversiones que han multiplicado por 14 o por más su valor y
que no acabaron siendo burbujas, pero normalmente se trataba de
empresas que acaban dando muchos beneficios. Microsoft, Apple o
Facebook experimentaron subidas espectaculares al principio y esas
subidas al final se transformaron en dividendos.
Las subidas de bitcoin se parecen más a las de las empresas puntocom
que nunca pagaron dividendos o a los tulipanes de 1637 en lo que fue
la primera gran burbuja de la historia.(***) La definición económica
de burbuja es la siguiente: una burbuja se produce “cuando el precio
de un activo, aun siendo superior a su valor intrínseco, sigue
subiendo porque el comprador espera poder venderlo a un precio todavía
superior”.
La razón por la que digo que estamos ante una burbuja es que hay
razones para pensar que el valor intrínseco del bitcoin como moneda
está bastante cerca de cero (y bastante lejos de los 100 dólares que
los compradores han pagado hoy). Dejadme enumerar algunas: (1) Existe
el riesgo de que el bitcoin no cuaje como medio de intercambio como,
de momento, no ha hecho. Si las empresas no aceptan bitcoins como
método de pago, si no pagan salarios en bitcoins y si el gobierno no
acepta bitcoins como método de pago de impuestos, la demanda de esa
moneda será cero y por lo tanto, su valor intrínseco también. (2)
Aunque cuaje, existe el riesgo de que el gobierno lo ilegalice ya que,
según las leyes de la mayoría de países, el único organismo con
potestad para emitir dinero es el estado. Cuando los gobiernos vean la
competencia que les hace el sector privado, van a declarar ese
mecanismo de pago ilegal y el valor intrínseco del bitcoin será cero.
(3) Existe el riesgo de que haya robos de bitcoins. El crimen
informático está cada día más generalizado y si cuando haya grandes
sumas de dinero navegando por internet, la tentación para los hackers
será cada día mayor. Pronto veremos aparecer la versión electrónica de
los cuatreros de Arkansas que asaltaban diligencias. Cuando eso
suceda, la gente va a desconfiar de los bitcoins y eso puede
significar su muerte y la de su valor intrínseco. Y finalmente, (4)
existe el riesgo de que los organizadores se vean tentados a emitir
más moneda cambiando esos programas que poca gente entiende o creando
nuevas monedas paralelas o complementarias. La misma tentación que
tienen los estados a crear nueva moneda para poder gastar (aquello que
los economistas llamamos impuesto inflacionario o de señoriaje), la
misma tentación digo la pueden tener los que saben cómo cambiar la
dificultad de los problemas matemáticos que dan lugar a la creación de
monedas bitcoin. ¡Sí! Ya sé que el mantra oficial es que los creadores
se han comprometido a que eso no suceda y que han creado un sistema
para que nadie pueda crear bitcoins fuera del sistema. Pero del mismo
modo que en los países que se quedaban sin oro se adoptaba la plata y
cuando se acababa la plata se adoptaban las monedas de cobre, esos
gurus informáticos (anónimos) pueden crear moneda nueva por más que
digan que eso es imposible. ¿Nos vamos a tener que fiar de un tipo que
firma con un pseudónomi japonés? Para tener una idea de la magintud de
lo que estamos hablando, hoy en dia hay unos 11 millones de bitcoins
en circulación y cada uno de ellos vale unos 140 dólares. Los
inventores del tema bitcoin, pues, han sacado unos 1500 millones de
dólares a partir de la nada y todo ese dinero se lo han quedado los
"early adopters". ¡Un bocado demasiado apetitoso para resistir
tentaciones futuras!
Resumiendo, a mi me da toda la impresión de que la fiebre del bitcoin
es una nueva burbuja financiera que, como todas las burbujas, hará
ricos a los primeros que entraron a jugar y arruinará a los últimos.
Por lo tanto, a todos los que me habéis escrito e-mails privados
preguntando si el bitcoin es una buena inversión: ¡cuidado!
Esto, eso no quiere decir que la burbuja explote mañana. Ni
siquiera quiere decir que explote pronto. La burbuja puntocom se
detectó en 1995 y no explotó hasta 2000. La burbuja inmobiliaria se
detectó en 2002-2003 y no explotó hasta 2008. Pero que tarde en
explotar no quiere decir que no explote. Lo que está claro es que
explotar, explotará. Y mientras dure, habrá muchos listillos que van a
ganar dinero y que (como ya hicieron cuando se dedicaban a la
promoción inmobiliaria hace 5 años) se van a cachondear de nosotros,
los “tontos” que no compramos bitcoins porqué “somos unos tecnolerdos
que no sabemos nada de informática, matemáticas o criptografía
electrónica”, “no entendemos que el estado nos estafa cuando imprime
papel moneda” o simplemente “no somos modernos y solo invertimos en
negocios anticuados”. A todos ellos, les doy la enhorabuena por ser
tan listos y les digo que ya nos encontraremos al otro lado de la
cima. Y mientras tanto, yo no compraré ni un bitcoin.
(*) Uno de los pocos sites de internet que aceptan bitcoins como medio
de pago es Silk Road, que está en la frontera de la legalidad
vendiendo drogas desde no se sabe donde.
(**) ¿Qué pensaríamos si el euro pasara de 1,3 dólares a 16 dólares
en un año? ¿Y cuales serían las consecuencias para exportadores e
importadores de un cambio tan radical en el valor de una moneda si
esta fuera la moneda de nuestro país? Hoy no voy a tratar el tema de
las consecuencias de adoptar el bitcoin como moneda pero, ¿os
imagináis la catástrofe si su precio se multiplicara por 12,4 de la
noche a la mañana?
(***) En la Holanda de 1636 se produjo un fenómeno hasta entonces
nunca visto: algunos de los tulipanes (que habían sido recientemente
introducidos en Holanda procedentes de Turquía) fueron infectados por
un virus benigno llamado "virus mosaico" que hacía que las flores
desarrollaran unas peculiaris y bellas manchas de colores en forma de
llamas. Los holandeses pensaron que esos tulipanes manchados tenían
algún tipo de propiedad mágica y los empezaron a comprar. Al subir los
precios, muchos holandeses pensaron que, además de mágicos, los
tulipanes representaban una buena inversión con lo que la demanda de
tulipanes aumentó. Al aumentar la demanda, aumentaba el precio y al
aumentar el previo aumentaba la demanda especulativa. El precio de los
tulipanes experimentó un espiral positivo que, en su momento álgido en
1637 llegó a equivaler... ¡al salario de 10 años! Esa fue la primera
burbuja de la historia y tan rápidamente como el precio de los
tulipanes subió, de repente, bajó."