jueves, 4 de abril de 2013

LA BURBUJA DE LOS BITCOINS

Reproducimos a continuación un excelente artículo de Xavier Sala i Martín relativo a la burburja de los bitcoins, que creemos será de enorme interés para nuestros lectores.

"La fiebre del Bitcoin se está convirtiendo en una peligrosa burbuja

financiera. Y como ha pasado en todas las burbujas de la historia, los

pocos listillos que invirtieron al principio se van a forrar, y los

muchos que lleguen tarde van a perder ingentes cantidades de dinero.

En este post voy a explicar en qué consiste todo esto del bitcoin.

El bitcoin fue creado en 2009 por un misterioso personaje que se hace

llamar Satoshi Nakamoto. Tras ese pseudónimo japonés se esconde un

programador (o un grupo de programadores) experto en criptografía

electrónica (criptografía es la ciencia de esconder mensajes).

Nakamoto creó una moneda electrónica encriptada que bautizó con el

nombre de bitcoin. A diferencia de otras monedas electrónicas como los

amazon coins, el bitcoin no está producido por ninguna autoridad

central. El bitcoin es producido automáticamente cada vez que algún

ordenador de algún participante consigue solucionar un complejo

problema matemático. Si tu tienes la suerte de que tu ordenador

soluciona el problema, consigues tener un bitcoin. En teoría, con ese

bitcoin puedes comprar productos en internet: desde libros hasta

canciones en itunes, pasando por viajes, hoteles o ropa. Los creadores

esperan que bitcoin sea la moneda con la que se compra todo en

internet.


La gente que no tenga la suerte de tener un ordenador capaz de

solucionar problemas matemáticos y crear bitcoin, puede obtener

monedas a base de vender productos en internet (tu vendes tu libro y a

cambio el comprador te da bitcoins con lo que puedes empezar a

acumular esa moneda) o puede comprar bitcoins con dinero normal: para

ello se ha desarrollado un mercado como cualquier otro en el que uno

puede comprar bitcoins con dólares, euros, yenes o cualquier otra

moneda. El mercado cambiario de bitcoins es parecido al de divisas y,

por lo tanto, los precios cambian constantemente respondiendo a las

fuerzas de la oferta y la demanda. En el momento de escribir este

post, el precio de un bitcoin es de 124 dólares.


A diferencia del resto de monedas del mundo, la oferta de bitcoins no

está controlada por una autoridad central (ya sea algún banco central

o la empresa Amazaon en el caso de los Amazon Coins) sino por la

casualidad. Eso es exactamente lo que pasaba con el oro cuando era

utilizado como dinero: la oferta de oro dependía de que alguien

encontrara una nueva mina o asaltara un barco cargado de oro

procedente de algún otro país. La similitud con el oro no acaba aquí:

los creadores han hecho que la complejidad de los problemas aumente a

medida que se solucionan los anteriores. La dificultad de “excavar”

bitcoins electrónicos es creciente y el objetivo de los creadores es

que llegue un dia que los problemas matemáticos serán tan complejos

que ya no se va a crear ninguna moneda. Como pasa con el oro, a la

larga la oferta de bitcoins va a ser constante por los siglos de los

siglos. De hecho se espera que la oferta de bitcoins siga el camino

del gráfico 1. En 2013 hay unos 11 millones de monedas en circulación.

En los próximos 10 años la oferta se va a doblar y, a partir de ahí,

se va a quedar casi constante para siempre.

Los propagandistas del bitcoin dicen que eso de que la oferta sea

constante a largo plazo es un factor positivo que lo hace atractivo. Y

siempre utilizan el mismo ejemplo: "un dólar de 1900 puede comprar lo

mismo que 0,04 dólares de hoy". Eso quiere decir que si nuestro

bisabuelo hubiera guardado un dólar en un cajón en 1900, ese dólar hoy

solo compraría algo que tuviera un valor de cuatro centavos. Es decir,

en un siglo el dólar ha perdido el 96% de su valor. La razón es que a

lo largo del siglo XX, la autoridad que controla la oferta de dólares

en Estados Unidos (el Banco de la Reserva Federal) ha imprimido

dólares constantemente, cosa que ha causado inflación y, al subir los

precios, el poder adquisitivo de la moneda se ha ido reduciendo.


Los defensores del bitcoin argumentan que, al estar diseñado para su

oferta acabe siendo constante, esa pérdida de valor causada por el

aumento de la masa de dólares (o euros) no se va a producir con el

bitcoin con lo que acabará siendo una moneda superior al dólar (o al

euro). Es por ello que, argumentan, esta moneda es una buena

inversión.

Este argumento tiene dos problemas devastadores. Primero, el papel que

el dinero juega en la economía no es el de inversión sino el de

facilitar el intercambio. No hay ningún bisabuelo que en 1900 guardara

su fortuna en dólares de papel. Los bisabuelos de 1900 utilizaron los

dólares que tenían en su bolsillo para comprar comida, ropa o regalos

para las bisabuelas y los que tenían fortunas compraron tierras,

joyas, acciones en compañías, fondos de inversión o bonos del estado.

La razón es que todos entendían que una cosa es el dinero y otra cosa

es la inversión. El dinero sirve para comprar productos y las

inversiones no (no puedes ir al supermercado y cambiar un pescado por

una acción de Microsoft). Las inversiones sirven para conservar o

aumentar la riqueza y el dinero no. Esta simple lección debería ser

aprendida por los creadores de bitcoins (y, de paso, ¡por los

defensores del patrón oro!).

El segundo problema grave del argumento de que supone que “el bitcoin

no perderá valor como les pasa a todos los monedas de papel porque la

oferta no aumentará”. Eso es falso: el precio de la moneda no solo lo

determina la oferta sino que también depende de la demanda.

Aquí es donde debemos preguntarnos: ¿quien está comprando bitcoins? La

respuesta es que muy poca gente los está comprando para comprar

productos entre otras cosas, porque muy pocas empresas las aceptan

como medio de pago.(*) La gente que está comprando bitcoins, pues, son

los especuladores que esperan que su precio suba para poder venderlo

más adelante. Estas compras especulativas están haciendo que los

precios del bitcom estén alcanzando niveles no razonables. Si miramos

la evolución del precio de un bitcom (gráfico adjunto) vemos valía 10

dólares hace un año vale y 124 dólares hoy. Una moneda que multiplica

por 12,4 su valor en un año tiene todos los números para ser una

burbuja cuyo precio puede colapsar.(**)

De hecho, si el valor del bitcoin colapsara, no sería la primera vez:

su precio pasó de 5 dólares en abril de 2011 a 30 dólares en junio y

vayó hasta los 10 en octubre. Naturalmente, los creadores del bitcoin

(que son los propietarios de la mayoría de monedas que se crearon

inicialmente) se forraron al vender a 30, pero los que compraron a 30

perdieron dos terceras partes de su dinero en cuatro meses.

¿Cómo sabemos que el precio de hoy está determinado por los

especuladores y no por el valor fundamental? Pues por dos razones.

Primera, el precio del bitcoin está perfectamente correlacionado con

el interés mediático que despierta. Si miramos el número de veces que

se ha buscado la palabra “bitcoin” en Google (gràfico adjunto), vemos

que subió exponencialmente a mediados de 2011, luego bajó y ha

resucitado con la subida actual. Es decir: la correlación entre el

número de veces que se busca "bitcoin" en Google y el precio del

bitcoin es casi perfecta. Si se tratara de una moneda normal, esa

correlación sería cero.

Segunda, el valor “fundamental” del bitcoin es, con toda probabilidad,

bastante cercano a cero. Es verdad que a lo largo de la historia ha

habido inversiones que han multiplicado por 14 o por más su valor y

que no acabaron siendo burbujas, pero normalmente se trataba de

empresas que acaban dando muchos beneficios. Microsoft, Apple o

Facebook experimentaron subidas espectaculares al principio y esas

subidas al final se transformaron en dividendos.


Las subidas de bitcoin se parecen más a las de las empresas puntocom

que nunca pagaron dividendos o a los tulipanes de 1637 en lo que fue

la primera gran burbuja de la historia.(***) La definición económica

de burbuja es la siguiente: una burbuja se produce “cuando el precio

de un activo, aun siendo superior a su valor intrínseco, sigue

subiendo porque el comprador espera poder venderlo a un precio todavía

superior”.

La razón por la que digo que estamos ante una burbuja es que hay

razones para pensar que el valor intrínseco del bitcoin como moneda

está bastante cerca de cero (y bastante lejos de los 100 dólares que

los compradores han pagado hoy). Dejadme enumerar algunas: (1) Existe

el riesgo de que el bitcoin no cuaje como medio de intercambio como,

de momento, no ha hecho. Si las empresas no aceptan bitcoins como

método de pago, si no pagan salarios en bitcoins y si el gobierno no

acepta bitcoins como método de pago de impuestos, la demanda de esa

moneda será cero y por lo tanto, su valor intrínseco también. (2)

Aunque cuaje, existe el riesgo de que el gobierno lo ilegalice ya que,

según las leyes de la mayoría de países, el único organismo con

potestad para emitir dinero es el estado. Cuando los gobiernos vean la

competencia que les hace el sector privado, van a declarar ese

mecanismo de pago ilegal y el valor intrínseco del bitcoin será cero.

(3) Existe el riesgo de que haya robos de bitcoins. El crimen

informático está cada día más generalizado y si cuando haya grandes

sumas de dinero navegando por internet, la tentación para los hackers

será cada día mayor. Pronto veremos aparecer la versión electrónica de

los cuatreros de Arkansas que asaltaban diligencias. Cuando eso

suceda, la gente va a desconfiar de los bitcoins y eso puede

significar su muerte y la de su valor intrínseco. Y finalmente, (4)

existe el riesgo de que los organizadores se vean tentados a emitir

más moneda cambiando esos programas que poca gente entiende o creando

nuevas monedas paralelas o complementarias. La misma tentación que

tienen los estados a crear nueva moneda para poder gastar (aquello que

los economistas llamamos impuesto inflacionario o de señoriaje), la

misma tentación digo la pueden tener los que saben cómo cambiar la

dificultad de los problemas matemáticos que dan lugar a la creación de

monedas bitcoin. ¡Sí! Ya sé que el mantra oficial es que los creadores

se han comprometido a que eso no suceda y que han creado un sistema

para que nadie pueda crear bitcoins fuera del sistema. Pero del mismo

modo que en los países que se quedaban sin oro se adoptaba la plata y

cuando se acababa la plata se adoptaban las monedas de cobre, esos

gurus informáticos (anónimos) pueden crear moneda nueva por más que

digan que eso es imposible. ¿Nos vamos a tener que fiar de un tipo que

firma con un pseudónomi japonés? Para tener una idea de la magintud de

lo que estamos hablando, hoy en dia hay unos 11 millones de bitcoins

en circulación y cada uno de ellos vale unos 140 dólares. Los

inventores del tema bitcoin, pues, han sacado unos 1500 millones de

dólares a partir de la nada y todo ese dinero se lo han quedado los

"early adopters". ¡Un bocado demasiado apetitoso para resistir

tentaciones futuras!

Resumiendo, a mi me da toda la impresión de que la fiebre del bitcoin

es una nueva burbuja financiera que, como todas las burbujas, hará

ricos a los primeros que entraron a jugar y arruinará a los últimos.

Por lo tanto, a todos los que me habéis escrito e-mails privados

preguntando si el bitcoin es una buena inversión: ¡cuidado!

Esto, eso no quiere decir que la burbuja explote mañana. Ni

siquiera quiere decir que explote pronto. La burbuja puntocom se

detectó en 1995 y no explotó hasta 2000. La burbuja inmobiliaria se

detectó en 2002-2003 y no explotó hasta 2008. Pero que tarde en

explotar no quiere decir que no explote. Lo que está claro es que

explotar, explotará. Y mientras dure, habrá muchos listillos que van a

ganar dinero y que (como ya hicieron cuando se dedicaban a la

promoción inmobiliaria hace 5 años) se van a cachondear de nosotros,

los “tontos” que no compramos bitcoins porqué “somos unos tecnolerdos

que no sabemos nada de informática, matemáticas o criptografía

electrónica”, “no entendemos que el estado nos estafa cuando imprime

papel moneda” o simplemente “no somos modernos y solo invertimos en

negocios anticuados”. A todos ellos, les doy la enhorabuena por ser

tan listos y les digo que ya nos encontraremos al otro lado de la

cima. Y mientras tanto, yo no compraré ni un bitcoin.





(*) Uno de los pocos sites de internet que aceptan bitcoins como medio

de pago es Silk Road, que está en la frontera de la legalidad

vendiendo drogas desde no se sabe donde.



(**) ¿Qué pensaríamos si el euro pasara de 1,3 dólares a 16 dólares

en un año? ¿Y cuales serían las consecuencias para exportadores e

importadores de un cambio tan radical en el valor de una moneda si

esta fuera la moneda de nuestro país? Hoy no voy a tratar el tema de

las consecuencias de adoptar el bitcoin como moneda pero, ¿os

imagináis la catástrofe si su precio se multiplicara por 12,4 de la

noche a la mañana?



(***) En la Holanda de 1636 se produjo un fenómeno hasta entonces

nunca visto: algunos de los tulipanes (que habían sido recientemente

introducidos en Holanda procedentes de Turquía) fueron infectados por

un virus benigno llamado "virus mosaico" que hacía que las flores

desarrollaran unas peculiaris y bellas manchas de colores en forma de

llamas. Los holandeses pensaron que esos tulipanes manchados tenían

algún tipo de propiedad mágica y los empezaron a comprar. Al subir los

precios, muchos holandeses pensaron que, además de mágicos, los

tulipanes representaban una buena inversión con lo que la demanda de

tulipanes aumentó. Al aumentar la demanda, aumentaba el precio y al

aumentar el previo aumentaba la demanda especulativa. El precio de los

tulipanes experimentó un espiral positivo que, en su momento álgido en

1637 llegó a equivaler... ¡al salario de 10 años! Esa fue la primera

burbuja de la historia y tan rápidamente como el precio de los

tulipanes subió, de repente, bajó."