martes, 23 de diciembre de 2008

UN PRODUCTO CON FUTURO: LOS EXCHANGE TRADED FUNDS O ETFS

Los Exchange Traded Funds o ETFs por sus siglas anglosajonas son fondos de inversión mobiliaria que cotizan en bolsa. No tienen nada en común con los fondos de inversión tradicionales sino que son fondos de inversión que se negocian en el mercado bursátil exactamente igual que si fueran acciones.
Su principal característica es, precisamente, que se pueden comprar y vender el mismo día.
Tienen su origen en los Estados Unidos de América, cuando los gestores de fondos observan como es prácticamente imposible batir a los índices bursátiles siguiendo la operativa tradicional de los fondos de inversión, los cuales, además, estaban gravados con excesivos gastos de gestión.
Una de las principales diferencias de los ETFs con relación a los fondos de inversión tradicionales estriba precisamente en la importante reducción de los gastos de gestión. Una segunda diferencia, en orden a su manera de funcionar, es que, los fondos tradicionales cotizan a un único precio cada día al que se puede efectuar la operación de compra o venta por parte del inversor, mientras que los ETFs cotizan tick a tick, durante toda la sesión bursátil, exactamente igual que cualquier acción del mercado. Esto, evidentemente, les hace enórmemente líquidos, con lo que ganan, a ojos vista, gran atractivo para el inversor de ETFs, que puede entrar y salir del negocio en el momento que lo desee.
Los ETFs pueden ser contratados por el inversor particular por medio de cualquier broker o intermediario financiero.
Los ETFs, generalmente, replican índices, por lo que son ideales para invertir en mercados a los que, por lejanía, son de difícil acceso al inversor. No obstante, últimamente se van creando ETFs de cestas de valores elegidos a medida de los inversores y/o sectores, ampliándose cada vez más la gama de productos. También existen ETFs sobre commodities -materias primas-, renta fija, ect.