Interesante artículo publicado en el confidencial.com por Elena Sanz - 18/02/2009 06:00h
"Más vale tarde que nunca. Después de año y medio de fuertes caídas en la bolsa española –que ayer cerró en mínimos desde 2004-, Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha creado un nuevo índice que ofrecerá por primera vez a los inversores españoles la posibilidad de aprovechar los movimientos bajistas mediante fondos cotizados (ETFs). El holding de bolsas que preside Antonio Zoido se había resistido hasta ahora a dar esta posibilidad a los inversores, pese a que los principales índices del mundo cuentan con ETFs bajistas desde hace mucho tiempo. El nuevo índice se llama Ibex-35 Inverso, y tendrá un comportamiento opuesto al del Ibex-35 con Dividendos, de modo que, si éste sube, el Ibex Inverso bajará en la misma cuantía. Según BME, este índice nace con el objetivo de servir de subyacente a productos financieros como fondos cotizados (ETF) o certificados.
Su puesta en funcionamiento, sin embargo, llega con retraso. El Ibex 35 acumula una caída del 51,1% desde su máximo histórico de noviembre de 2007 por encima de 16.000 puntos; es decir, los inversores no han tenido la posibilidad de lograr esa ganancia. Ni tampoco podrán aprovechar la caída del selectivo hasta mayo, mes en el que comenzará a operar el índice.
Fuentes del mercado recuerdan además que BME impidió el año pasado a uno de los proveedores de ETFs el lanzamiento de un fondo bajista que replicara, pero a la inversa, el comportamiento del Ibex 35. Es más, se da la curiosa circunstancia de que en la bolsa española cotiza un fondo bajista sobre el EuroStoxx 600, el Lyxor ETF Shorth Strategyr Europe, pero no sobre el Ibex.
La situación podría cambiar a partir de ahora ya que BME dio comienzo ayer a un proceso de selección de propuestas para la concesión de licencias de uso del nuevo índice Ibex 35 Inverso como subyacente para el lanzamiento de fondos cotizados.
Una industria poco desarrollada en España, pero con ventajas
Los ETFs son fondos que cotizan en bolsa como una acción y que replican de forma 'mecánica' la actividad de un índice como puede ser el Ibex 35, divisas, materias primas, etc. El inversor compra acciones de este fondo y, por tanto, liga la evolución de su dinero a la de dicho activo. La gran ventaja de estos productos respecto a los fondos tradicionales es que funcionan como una acción y, por tanto, tienen liquidez casi inmediata. Se pueden comprar y vender en cualquier momento a través de cualquier broker y el accionista no tiene que esperar a los lentos reembolsos de la industria de gestión de activos. Además, su comisión de gestión es inferior a la de los fondos tradicionales de bolsa.
Estos productos comenzaron a sofisticarse hace dos años: en vez de limitarse a replicar el movimiento de un índice, pueden apalancarse para multiplicar ese movimiento (por cada punto que sube el índice, un ETF apalancado sube dos, por ejemplo), o bien ir a la inversa para beneficiarse de las caídas. Incluso se han lanzado ETFs sobre cestas de valores con altos dividendos o valoraciones (PER) atractivas, etc.
Los ETFs han cumplido en España dos años. Al cierre del mes de noviembre, los activos bajo gestión de los fondos cotizados en las bolsas españolas ascendían a 12.045 millones de euros, lo que supone un incremento cercano al 40% respecto a la misma fecha del 2007 y su volumen de contratación acumulado en 2008 supera en más del 50% al mismo periodo del año anterior, según datos de BME.
Pese a las cifras, estos productos apenas tienen éxito en España y su actividad de negociación es muy pequeña en comparación con la de Deutsche Boerse, Euronext París, Borsa Italiana, OMX de Estocolmo o la Bolsa de Londres, por no hablar de Estados Unidos, donde son uno de los instrumentos favoritos de los inversores."
Su puesta en funcionamiento, sin embargo, llega con retraso. El Ibex 35 acumula una caída del 51,1% desde su máximo histórico de noviembre de 2007 por encima de 16.000 puntos; es decir, los inversores no han tenido la posibilidad de lograr esa ganancia. Ni tampoco podrán aprovechar la caída del selectivo hasta mayo, mes en el que comenzará a operar el índice.
Fuentes del mercado recuerdan además que BME impidió el año pasado a uno de los proveedores de ETFs el lanzamiento de un fondo bajista que replicara, pero a la inversa, el comportamiento del Ibex 35. Es más, se da la curiosa circunstancia de que en la bolsa española cotiza un fondo bajista sobre el EuroStoxx 600, el Lyxor ETF Shorth Strategyr Europe, pero no sobre el Ibex.
La situación podría cambiar a partir de ahora ya que BME dio comienzo ayer a un proceso de selección de propuestas para la concesión de licencias de uso del nuevo índice Ibex 35 Inverso como subyacente para el lanzamiento de fondos cotizados.
Una industria poco desarrollada en España, pero con ventajas
Los ETFs son fondos que cotizan en bolsa como una acción y que replican de forma 'mecánica' la actividad de un índice como puede ser el Ibex 35, divisas, materias primas, etc. El inversor compra acciones de este fondo y, por tanto, liga la evolución de su dinero a la de dicho activo. La gran ventaja de estos productos respecto a los fondos tradicionales es que funcionan como una acción y, por tanto, tienen liquidez casi inmediata. Se pueden comprar y vender en cualquier momento a través de cualquier broker y el accionista no tiene que esperar a los lentos reembolsos de la industria de gestión de activos. Además, su comisión de gestión es inferior a la de los fondos tradicionales de bolsa.
Estos productos comenzaron a sofisticarse hace dos años: en vez de limitarse a replicar el movimiento de un índice, pueden apalancarse para multiplicar ese movimiento (por cada punto que sube el índice, un ETF apalancado sube dos, por ejemplo), o bien ir a la inversa para beneficiarse de las caídas. Incluso se han lanzado ETFs sobre cestas de valores con altos dividendos o valoraciones (PER) atractivas, etc.
Los ETFs han cumplido en España dos años. Al cierre del mes de noviembre, los activos bajo gestión de los fondos cotizados en las bolsas españolas ascendían a 12.045 millones de euros, lo que supone un incremento cercano al 40% respecto a la misma fecha del 2007 y su volumen de contratación acumulado en 2008 supera en más del 50% al mismo periodo del año anterior, según datos de BME.
Pese a las cifras, estos productos apenas tienen éxito en España y su actividad de negociación es muy pequeña en comparación con la de Deutsche Boerse, Euronext París, Borsa Italiana, OMX de Estocolmo o la Bolsa de Londres, por no hablar de Estados Unidos, donde son uno de los instrumentos favoritos de los inversores."