Siguiendo con la exposición dedicada a los CFDs o contratos por diferencias, nos centraremos ahora en explicar otra de las más importantes características y ventajas de estos productos financieros, a saber, la posibilidad que ofrecen los Contratos por diferencias o CFDs de abrir posiciones cortas o bajistas
. La posibilidad de abrir posiciones cortas con CFDs.
En nuestro país, la gran mayoría de los inversores suelen invertir su patrimonio tan solo en acciones y , por ello, la única posibilidad de rentabilizar sus inversiones es mediante compras de acciones al contado a la espera de que su precio suba. Sin embargo, al igual que ocurre con los futuros, con los Contratos por Diferencias (CFDs) también podemos esperar que nuestra inversión sea rentable cuando la bolsa mantiene una tendencia a la baja. Es decir, los CFDs o contratos por diferencias nos permiten invertir tanto si el mercado de valores sube como si baja, mediante la apertura, en este último supuesto, de lo que se denominan posiciones posiciones cortas o bajistas.
En el argot bursátil, se denomina posición larga a la compra de un activo -acción o contrato de futuro- a la espera de que su cotización suba y realicemos el beneficio entre el precio de compra y el de venta.
Recibe, por el contrario, el nombre de posición corta o bajista, la venta de un activo, acción o contrato de futuro, a la espera de que el precio de su cotización baje aún más y el trader obtenga un benerficio en la horquilla existente entre el precio de venta y el de recompra del activo. Es decir, en este caso estaríamos vendiendo una acción o futuro, aún sin haberlo comprado con anterioridad -y por ello, sin poseerla- y, para cerrar esa posición vendedora, recompraríamos posteriormente ese mismo activo. Si en el interín, el precio del activo ha bajado, obtendremos la diferencia entre el precio en el que vendimos y el precio en el que posteriormente recompramos el activo bursátil.
Este tipo de operaciones podemos también realizarlas utilizando contratos por diferencias o CFDs. En tal caso el trader tiene la posibilidad de conseguir rentabilidad para su inversión en mercados alcistas y en mercados bajistas. Para que puedan llevarse a término dichas operaciones, el broker o emisor de CFDs dispone de una cartera de títulos propios para cubrir esas ventas. Como el broker emisor está vendiendo títulos de su propia cartera inversora, está recibiendo el importe integro de la venta, por ello, al realizar la operación bursátil de venta de los activos subyacentes, emite un contrato de CFDs a favor del trader y con ello está convirtiendo el movimiento de las acciones vendidas en liquidaciones diarias por diferencias en la cuenta del citado trader. Ocurre además que, si el trader no cierra la posición al cierre diario de la sesión sino que mantiene su inversión el broker que emite el CFDs ingresará en la cuenta del inversor, en concepto de intereses, la cantidad equivalente a [Euribor, Libor o Libid (12meses) -% aplicado - normalmente entre un 2-3 %-] / 365 días sobre el valor total de la posición vendida abierta a fin de cada sesión bursátil. Resumiendo, dicha inversión estará devengándole al trader un pequeño interés adicional a su favor, al margen del posible beneficio o pérdida que pueda obtener con su inversión en el contrato por diferencias o CFDs. Es decir, en las posiciones cortas -vendedoras- el broker abonará al inversor el coste financiero de la operación.
Asimismo, los contratos por diferencias o CFDs nos permiten crear estrategias de inversión mediante coberturas parciales o totales de los valores que el trader tenga en su cartera de inversión mediante la toma de posiciones largas y cortas a la vez.
En nuestro país, la gran mayoría de los inversores suelen invertir su patrimonio tan solo en acciones y , por ello, la única posibilidad de rentabilizar sus inversiones es mediante compras de acciones al contado a la espera de que su precio suba. Sin embargo, al igual que ocurre con los futuros, con los Contratos por Diferencias (CFDs) también podemos esperar que nuestra inversión sea rentable cuando la bolsa mantiene una tendencia a la baja. Es decir, los CFDs o contratos por diferencias nos permiten invertir tanto si el mercado de valores sube como si baja, mediante la apertura, en este último supuesto, de lo que se denominan posiciones posiciones cortas o bajistas.
En el argot bursátil, se denomina posición larga a la compra de un activo -acción o contrato de futuro- a la espera de que su cotización suba y realicemos el beneficio entre el precio de compra y el de venta.
Recibe, por el contrario, el nombre de posición corta o bajista, la venta de un activo, acción o contrato de futuro, a la espera de que el precio de su cotización baje aún más y el trader obtenga un benerficio en la horquilla existente entre el precio de venta y el de recompra del activo. Es decir, en este caso estaríamos vendiendo una acción o futuro, aún sin haberlo comprado con anterioridad -y por ello, sin poseerla- y, para cerrar esa posición vendedora, recompraríamos posteriormente ese mismo activo. Si en el interín, el precio del activo ha bajado, obtendremos la diferencia entre el precio en el que vendimos y el precio en el que posteriormente recompramos el activo bursátil.
Este tipo de operaciones podemos también realizarlas utilizando contratos por diferencias o CFDs. En tal caso el trader tiene la posibilidad de conseguir rentabilidad para su inversión en mercados alcistas y en mercados bajistas. Para que puedan llevarse a término dichas operaciones, el broker o emisor de CFDs dispone de una cartera de títulos propios para cubrir esas ventas. Como el broker emisor está vendiendo títulos de su propia cartera inversora, está recibiendo el importe integro de la venta, por ello, al realizar la operación bursátil de venta de los activos subyacentes, emite un contrato de CFDs a favor del trader y con ello está convirtiendo el movimiento de las acciones vendidas en liquidaciones diarias por diferencias en la cuenta del citado trader. Ocurre además que, si el trader no cierra la posición al cierre diario de la sesión sino que mantiene su inversión el broker que emite el CFDs ingresará en la cuenta del inversor, en concepto de intereses, la cantidad equivalente a [Euribor, Libor o Libid (12meses) -% aplicado - normalmente entre un 2-3 %-] / 365 días sobre el valor total de la posición vendida abierta a fin de cada sesión bursátil. Resumiendo, dicha inversión estará devengándole al trader un pequeño interés adicional a su favor, al margen del posible beneficio o pérdida que pueda obtener con su inversión en el contrato por diferencias o CFDs. Es decir, en las posiciones cortas -vendedoras- el broker abonará al inversor el coste financiero de la operación.
Asimismo, los contratos por diferencias o CFDs nos permiten crear estrategias de inversión mediante coberturas parciales o totales de los valores que el trader tenga en su cartera de inversión mediante la toma de posiciones largas y cortas a la vez.
En supuestos muy excepcionales y bajo extremas circunstancias del mercado, el broker o la entidad emisoria del CFDs podría restringir la apertura de posiciones bajistas de algún o algunos determinados valores, en casos de días con volatilidad extrema en el mercado o por no tener cartera propia de un valor concreto suficiente para cubrir una venta masiva del mismo por parte de los traders que contraten CFDs de un concreto subyacente, OPAS, fusiones, etc. Ello no obstante, los inversores que tengan abiertas posiciones largas, es decir se hallen comprados, no tendrán ningún problema para poder vender su contrato por diferencias o CFDs.
En una tercera entrega dedicada a las características y ventajas de los contratos por diferencias o CFDs haremos mención al resto de características más relevantes de los CFDs.