Los Contratos por diferencias –CFDs- han pasado, en pocos años, a ser uno de los productos financieros derivados de mayor atractivo entre los inversores mundiales adquiriendo bastante relevancia en nuestro país en poco tiempo. Ello es así debido a su flexibilidad, su liquidez, su falta de vencimiento –al contrario de los futuros, las acciones ect-, a su transparencia –al contrario de los warrants-. Como en el resto de derivados, mantienen un alto grado de apalancamiento financiero.
Los Contratos por diferencias o CFDS son un activo financiero ideales para day traders que no tengan aversión al riesgo y mantengan un seguimiento constante de su inversión. No están indicados para inversores conservadores que invierten y esperan.
Los Contratos por diferencias o CFDS son un activo financiero ideales para day traders que no tengan aversión al riesgo y mantengan un seguimiento constante de su inversión. No están indicados para inversores conservadores que invierten y esperan.
Los contratos por diferencias o cfds deben ser usados de forma moderada y siempre utilizando tan solo una parte de nuestro patrimonio en su inversión.
Como ya sabemos, mediante contratos por diferencias –cfds- podemos abrir posiciones cortas. En tal caso tomamos títulos a préstamo, con las consecuentes limitaciones en la cantidad de títulos que pueda haber en momentos puntuales del mercado, que pueden limitar la liquidez de la operación. Es por ello que el inversor de contratos por diferencias o cfds que decida abrir una operación bajista deberá escoger muy bien los títulos sobre los que desea invertir, toda vez que todos los títulos cotizados en el mercado Ibex35 no son muy líquidos. Por ello deberá escoger siempre que sea posible los grandes valores del ibex35 –Telefónica, Santander, BBVA, ect-. Este problema se minimiza o prácticamente desaparece si el inversor de contratos por diferencias o cfds elige títulos que cotizan en los grandes mercados internacionales.
Tendrá que tener en cuenta asimismo el inversor de contratos por diferencias o cfds la cuantía de las comisiones aplicadas a los Cfds que suelen ser un tanto elevadas por el momento pese a la incipiente competencia de tarifas que empieza a ir abriéndose camino en el mercado. Asimismo, tendrá que partir de la base de que las comisiones se calculan por los emisores de los contratos por diferencias o cfds sobre la cantidad efectiva de los subyacentes contratados y no sobre las garantías que se exigen al inversor de contratos por diferencias -cfds-. En base a todo ello, el inversor tendrá que buscar el tiempo medio en el que deberá mantener su inversión en contratos por diferencias –cfds-, pues una operativa muy activa podría reducir sensiblemente sus ganancias al restarle el costo de las comisiones.