Los mercados bursátiles o de capitales, como su mismo nombre indica, son fuentes de financiación de las empresas, que acuden a los mismos a la búsqueda de financiamiento para el desarrollo del cometido para el que fueron creadas. Evidentemente, las empresas que acuden a estos mercados desarrollan su actividad en todos los sectores de la vida económica.
En tal sentido, podemos definir los ETFs socialmente responsables, también conocidos como "inversión verde", como aquellos ETFs que tan solo invierten en sectores económicos en los que se prima el desarrollo sostenible, se respetan las políticas medioambientales, se desarrollan nuevas tecnologías de las denominadas "limpias", se evita la explotación de las personas en paises subdesarrollados ect. Estos ETFs socialmente responsables no invertiran sus capitales, por tanto, en empresas que, en su ciclo productivo, emitan contaminantes, empresas tabaqueras ect, inviertiendo en cambio en empresas que potencian las energías renovables, los laboratorios no utilizan animales para experimentar, que luche contra el cambio climático, ect.
Evidentemente los inversores que invierten en estos ETFs tienen los mismos objetivos económicos del resto de inversores: rentabilizar su capital, preocupándose, a su vez, de conservar el medio ambiente.
A modo de conclusión podemos decir que invertir en un ETF socialmente responsable no tiene porque ser una mala inversión.